Cuando Eva y yo nos subimos al barco de Softspring, hace ya casi un año, Javi ya llevaba en el timón otro año. Eva y yo hemos trabajado juntos nueve años, y de esos nueve, cinco con Javi, se podría decir que los tres nos conocemos bastante bien trabajando. Aun así, una de las primeras cosas que hicimos fue sentarnos a poner en común el por qué de montar esto. ¿Para qué hacemos esto? ¿Qué queremos hacer en Softspring que no podemos hacer fuera?
Y es que es muy importante que, como ocurre cuando uno se va de viaje por ahí con amigos (pareja, etc...) lo que espera cada uno del viaje esté alineado. Al final, uno se levanta cada mañana y tiene motivaciones para hacer lo que va a hacer durante el día, y si esas motivaciones están en común con la gente con la que lo haces, es el primer granito de arena.
Teníamos claras una serie de cosas: Nos gusta mucho lo que hacemos, no queremos hacer chapuzas, queremos ser muy honestos con las soluciones tecnológicas que ofrecemos, queremos priorizar proyectos positivos, con impacto social, nos gusta explicar lo que hacemos y queremos calidad de vida (los tres tenemos bastantes inquietudes más allá de las del trabajo y queríamos tiempo para poder dedicarnos a ellas). Cuando luego se incorporó con nosotros Aritz, fue lo primero que le contamos, estos valores, y como a él le encajaban igual (por otro lado, habíamos trabajado ya juntos unos 7-8 años, nos conocíamos bien), estupendo.
Sirva este pequeño texto como introducción a este blog, con el que queremos acercar un poco más la tecnología a las personas, especialmente a aquellas implicadas en proyectos con impacto social.
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